El poder dar es es mejor regalo que podemos tener, ya que al dar estamos expresando nuestro amor.
Al dar estamos activando la corriente energética del Amor de Dios en nosotros.
Agradezcamos el poder dar lo mejor de nosotros a los demás, en la medida que damos al otro, estamos dando a Dios.
Seamos Las Manos de Dios para Dar, expresando nuestro Amor y gratitud a la fuente Infinita del Amor de Dios que vive en nuestro interior.
AHORA DOY TE TODO LO BUENO DE MI -PROSPERIDAD UNIVERSAL
Tomemos la decisión de dar en todo lugar a donde vayamos, y a quien quiera que veamos.
Mientras estemos dando, estaremos recibiendo.
Cuanto más demos, más confianza tendremos en los efectos milagrosos.
Y a medida que recibamos más, también aumentará nuestra capacidad para dar.
Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar.
En toda semilla está la promesa de miles de bosques.
Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil.
A través de su acción de dar, su energía invisible fluye y se materializa.
Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
Ahora doy de lo bueno de mi.
Doy de mis talentos, de mi dinero, de mi compasión.
Doy amorosamente y sin ataduras y recibo agradecido y libremente.
Hoy decido dar mi Amor y mi amistad generosamente.
Y así es.
Dar es una acción muy poderosa para atraer más dinero a tu vida, porque cuando das estás diciendo Tengo suficiente.
No te sorprendas cuando te enteres de que las personas más ricas del mundo son los grandes filántropos. Donan grandes cantidades de dinero, y al dar, por la ley de la atracción, el Universo se abre y les ¡Inunda devolviéndoselas multiplicadas.
Existe una gran diferencia entre dar y sacrificar.
Dar con el corazón rebosante te hace sentir bien.
Sacrificar no te ayuda a sentirte bien.
No te confundas con estas dos actitudes, son radicalmente opuestas.
Una emite una señal de carencia, mientras que la otra emite la señal de tener más que suficiente. Con una te sientes bien y con la otra no.
El sacrificio acabará conduciéndote al resentimiento.
Dar con un corazón lleno es una de las acciones más hermosas que puedes realizar y la ley de la atracción captará la señal y traerá más a tu vida. Puedes sentir la diferencia.
No dependemos de la suerte sino de la Ley. La responsabilidad de poner la Ley en movimiento es nuestra, pero la responsabilidad de hacer que la Ley trabaje es inherente a su propia naturaleza.
Una de las claves más importantes de la Ley de Prosperidad es entender que para que la sustancia fluya libremente en nuestra experiencia debemos vernos primeramente como dadores.
Esto puede significar un cambio completo en la forma en que vemos la vida, ya que muchas veces creemos que nuestra prosperidad depende más en “tomar” que en “dar.” Pero para la persona íntegra la vida es un proceso de dar.
Hay muchos medios por los que podemos encausar nuestro dar.
Ser dadores es una actitud hacia la vida, es saber que la vida no se trata sólo de adquirir y tomar; es la consciencia satisfaciente de que nuestro propósito es expresar.
Cuando haces bien tu trabajo, sin pensar en si te pagan bien o mal, estás dando lo mejor de ti.
Pero si sólo piensas en recibir el cheque y haces lo mínimo posible (bajo la excusa de que estás mal pagado), estás solamente tomando.
A veces podemos pensar: ¿Pero qué provecho voy a sacar yo de esto? Cuando damos lo mejor de nosotros, activamos la Ley de Dar y Recibir, y por ley, debemos recibir lo mejor del Universo.
El fluir divino sólo requiere una cosa de nosotros: nuestro consentimiento para recibir, y hacemos el espacio al dar.
Es como una llave de agua que debemos abrir para que el preciado líquido fluya libremente.
¿Cuál es el secreto para que logres el Amor y la Felicidad?
El universo opera por medio de un intercambio dinámico.
Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo.
Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia; somos naturalmente prósperos porque la naturaleza provee a todas las necesidades y deseos.
No nos falta nada porque nuestra naturaleza esencial es la potencialidad pura, las posibilidades infinitas.
La corriente constante de la abundancia generada por el UNO fluye libremente por el Universo y distribuye la abundancia entre aquellos que estén preparados para recibirla.
Esta abundancia solamente puede alcanzarse si la hacemos fluir. En esta palabra existe la noción de trueque, o sea, de dar y recibir.
Por tanto, hemos de tener siempre en mente que tenemos la obligación de dar para poder recibir.
Cuando hablo de donación, no me refiero solo a la expresión material que es el dinero circulante. Está claro que él será la postrera manifestación de esta abundancia cósmica.
No obstante, podemos empezar a donar de aquello que tenemos en abundancia, de aquello que no nos hará falta. Del mismo modo que toda relación depende del dar y recibir, la relación entre nosotros
y el Universo también depende de la misma Ley Universal.
“Si quieres felicidad, dale felicidad a otros; si quieres amor, aprende a amar a los
demás; si quieres atención y aprecio, aprende a dar atención y aprecio; si quieres abundancia material, ayuda a otros a tener abundancia.
De hecho, la manera más fácil de obtener lo que quieres es ayudando a otros a obtener lo que quieren. Este principio opera para individuo, corporaciones, sociedades y naciones.
Si quieres ser bendecido con todas las cosas buenas en la vida, aprende a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas en la vida. Hasta pensar en dar, pensar en bendecir, o una simple oración tiene el poder de influir a los demás.
El pensamiento tiene el poder de transformación.
Cuando aprendes a dar aquello que buscas, activas y montas la coreografía de la danza con movimientos exquisitos, energéticos y vitales que constituyen el eterno palpitar de la vida.
La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación es tomar la decisión de que en cualquier momento que entres en contacto con otra persona le darás algo.
No tiene que ser algo material; puede ser una flor, un cumplido o una oración, de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales.
Los regalos de cuidados, atención, afecto, aprecio y amor son algunos de los regalos más preciosos que puedes dar, y no cuestan nada.
Cuando conoces a alguien, puedes silenciosamente enviarle una bendición, deseándole felicidad, alegría y dicha. Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa.
Podrías decir “¿Cómo puedo darles a otros en este momento cuando no tengo suficiente para mi”? Puedes llevar una flor.
Puedes llevar una tarjeta que diga algo sobre los sentimientos que tienes por esa persona a la que estás visitando. Puedes llevarle un cumplido. Puedes llevarle una oración.
Toma la decisión de dar a dondequiera que vayas, a quien sea que visites o veas.
Siempre y cuando estés dando, estarás recibiendo. Entre más das, adquirirás más confianza en los efectos milagrosos de esta ley.
Al recibir más, tu habilidad de dar más también aumentará.
Las vidas de las personas que ayudan a los demás, están llenas de alegría y abundancia.
Servir significa ponerte en el lugar del otro y darle lo máximo que puedas, sea un cliente, un jefe, un compañero de trabajo, un amigo o una persona amada.
Cuando muestras tu lado mejor al mundo y actúas según el nivel más elevado de tu integridad, prestas servicio a los demás.
No hace falta que seas un líder ni un personaje famoso para hacer una importante contribución a la humanidad.
Si haces tu trabajo con buena voluntad y amor, estás haciendo la más valiosa contribución posible añades luz a este mundo.
Da tu amor, tiempo y energía sin reservas.
Cuanto más pienses en servir a los demás, más importante y satisfactorio será tu trabajo, tus relaciones, tu vida.
Centrándote en cómo iluminar y alegrar a los demás, verás que tu propia vida será iluminada y alegre.
El servicio consiste en dar a los demás lo mejor de ti.
Significa que haces tu trabajo con eficiencia y consideración.
Implica trabajar con una actitud alegre, armoniosa y cooperativa.
Este servicio siempre te será devuelto en forma de prosperidad multiplicada.
El mejor regalo que puedes hacer a los demás, es ejemplo de tu propio trabajo.
Soy generoso conmigo mismo.
Para mantener el flujo de la abundancia, es importante aprender a dar a ti mismo.
Si no puedes hacerlo, se creará un bloqueo en la corriente y, eventualmente, lo notarás.
A menudo, cuando una persona da, no es completamente consciente de lo que ha dado. Haz tu ofrecimiento sin reservas.
Si haces un regalo, despréndete de él.
Cuando te sientes apegado a lo que ofreces, bloqueas la entrada de abundancia en tu propia vida.
Siempre que ofreces algo, procura darlo libremente porque así atraerás más dinero.
El dinero llega cuando piensas más en lo que ofreces al mundo que en lo que tu trabajo te puede aportar a ti.
Tu voluntad de dar lo mejor de ti, es el mayor regalo que puedes hacer a tu jefe o a tus clientes.
Trabaja con un espíritu de cooperación y amor.
Tu disposición de desarrollar tu trabajo con energía y dedicación te hará ganar más dinero que los esquivos, el no creer en lo que haces, resistirte a trabajar o hacer lo justo para salir adelante.
Siempre pregúntate: "¿Cómo puedo servir mejor a las personas? ¿Qué les puedo dar? ¿Me gustaría aprovechar esta oportunidad? ¿Qué puedo hacer para ser mejor?"
Valora tus oportunidades teniendo en cuenta si contribuyen algo a los demás, si forman parte de tu camino y si te dan alegría.
Creas dinero cuando empleas tus talentos y aptitudes especiales y cuando das lo mejor de ti en todo lo que haces.
Con todo lo que digo y hago, sirvo a los demás de la mejor manera.
El NO saber dar, es un estado de pobreza , independientemente del dinero que pudieras tener concentrado en el banco.
El no saber dar te lleva a un estado de vacío interior permanente que se irá ampliando en la medida en que no lo comprendas.
Un hombre es solamente, lo que es capaz de dar.
Lo que bebió de la Fuente, Lo que debe reintegrar.
Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Llevaré un regalo a cualquier lugar a donde vaya y para cualquier persona con quien me encuentre.
Ese regalo puede ser un elogio, una flor o una oración.
Hoy les daré algo a todas las personas con quienes me encuentre, para iniciar así el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.
2) Hoy recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé. Recibiré los obsequios de la naturaleza: la luz del sol y el canto de los pájaros, o los aguaceros de primavera
o las primeras nevadas del invierno.
También estaré abierto a recibir de los demás, sea un regalo material, dinero, un elogio o una oración.
3) Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor.
Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé en silencio felicidad, alegría y bienestar.
Dando recibo yo también.
El dar forma parte importante del recibir.
El modo que eliges para dar a los demás, será el modo en el que el universo te dará a ti.
Dando dinero u otras cosas a los demás, en realidad te estás haciendo un regalo a ti mismo.
Al Dar creas un flujo de energía en tu vida y, cuanta más energía circula, más
próspero serás.
Es ley del universo que, quien algo quiere, algo tiene que dar.
Si hay algo que deseas, puedes preguntarte a ti mismo "¿Qué debo dar para conseguirlo?" Todo tiene su precio.
Si se trata de dinero, su precio puede ser un acto, una actitud adecuada o un plan.
Siempre hay algo que puedes hacer para conseguir lo que quieres.
Si quieres dinero, deberás dar aquellas cosas que te lo traerán. Éstas incluyen tu talento, tus habilidades, tu tiempo y tu energía.
Si sientes que te falta abundancia en tu vida, piensa en alguien a quien puedas ofrecer algo.
Un ofrecimiento a personas que lo aprecien y pueden hacer uso de tus habilidades, te generará sentimientos maravillosos.
Dando, afirmas tu abundancia y te sientes próspero.
Dando, te haces fuerte. Piensa en qué podrías dar a alguien para ayudarle. Decídete a hacerlo y verás que el universo también te dará.
Cada cosa que regalo, sirve y fortalece a los demás.
Aunque desees dar a la gente libre y generosamente, también has de darles de manera que sirva realmente su bien superior.
Cuando les ofreces dinero, deja claro que lo haces para crear prosperidad y no para sacarles de un apuro eterno.
Ofrece a las personas que emplearán tu dinero o regalos para introducir cambios positivos en sus vidas.
Cuando ves a alguien que traza un plan concreto de corazón y está dispuesto a realizarlo, éste es el momento de apoyarle.
Tu oferta ha de ayudar a la gente a alcanzar su camino y Propósito Superior.
Si ayudas a personas que necesitan ayuda constantemente, que siempre crean nuevas carencias, tu oferta podría no hacer más que sacarlas de un apuro e impedir que pongan sus vidas en orden.
Las carencias se crean para aprender ciertas lecciones.
Si das dinero u otro tipo de ayuda a personas y ves que sus vidas no mejoran, quizá sea el momento de volver a plantearte tu ayuda.
Les podrías estar privando del desarrollo que ganarían con la experiencia de su carencia.
Pudo haber un momento en que alguien aparentemente desesperado te pidió dinero y tú dijiste que no.
Luego, esta persona consiguió un trabajo o que su vida fuera mejor.
En muchas ocasiones, la gente crea la sensación de carencia o escasez en su vida para sentirse motivada y poder cambiar cosas. "Salvándoles" de sus crisis, podrías crear dependencias y ver que repiten la misma situación una y otra vez.
Normalmente, ayudando a entrar en contacto con su fuerza interna o enseñándoles técnicas para resolver sus problemas, les ayudarás más que dándoles dinero.
Ayúdales a descubrir cómo solucionar sus problemas. Así serán más fuertes y controlarán sus vidas mejor.
Les fortalecerás enseñándoles un nuevo método, habilidad o herramienta que podrán utilizar el resto de sus vidas.
Ayúdales a descubrir esta capacidad y les habrás hecho uno de los mayores regalos posibles, la autosuficiencia.
Tu intuición te dirá la diferencia; si fortaleces realmente a la gente, te sentirás alegre e ilusionado con tu oferta.
Todo lo que doy a los demás, reconoce y honra su valía
Ofrece lo que te da placer; no des dinero si te sientes obligado o forzado a ello.
Este tipo de sentimientos son señal de que tu oferta no sirve al bien superior de la otra persona.
Recuerda de dar a los demás lo que desean recibir. No todos los regalos son apropiados.
Asegúrate de que tu regalo tiene forma aceptable para el recipiente, y que es algo que realmente podrá utilizar.
Da libremente pero también aquellas cosas que son útiles para la persona que las recibe.